(texto por Carlos Lozano)
“Las computadoras están generando una situación que es como la invención de la armonía. Las sub-rutinas son como acordes. Nadie pensaría en mantener un acorde para sí mismo. Se lo darías a cualquiera que lo quiera. Le agradecerías que lo alterara. Las sub-rutinas son alteradas por un único golpe. Estamos obteniendo música hecha por el hombre mismo: no sólo un hombre”. John Cage, 1969.
Ya a finales de los sesenta el artista multidiscipliar John Cage aludía al uso colaborativo que se debería dar a las creaciones digitales, las creaciones como bien común, aunque no fue hasta principios de los noventa cuando se acuñó dicha práctica con el término Open Source.
Code by R. Mutt es una obra readymade que deriva de la aplicación de código abierto dcraw(1). Esta propuesta se desarrolla basándose en la filosofía Unix empleada en la actualidad para el tratamiento de imágenes RAW. Por lo general, los fabricantes de cámaras digitales ofuscan deliberadamente el código utilizado para capturar instantáneas y es gracias al uso de las licencias del tipo Creative Commons que hoy en día podemos hacer uso de este tipo de medios. Por naturaleza, determinados recursos son públicos y no deberían ser propiedad de individuos privados ni del Estado, nace entonces el conflicto sobre propiedad privada y pública. En este ámbito, siempre se han entendido los procesos de creación artística como procesos individuales, a pesar de que de forma sutil siempre subyace un proceso colaborativo. Podemos concretar que la actividad intelectual tiene sus orígenes en influencias previas que pueden parecernos obvias en muchos casos, y no tan claras en otros. El actual mundo digital no dispone de unas barreras tan claras como en la tradición artística del mundo analógico, vivimos en una época donde se ha establecido el copy paste como una nueva forma creativa para concebir, idear y construir. El arte digital es la materia prima adecuada para la colaboración, con capacidad de producir multitud de productos híbridos. Productos que son el resultado del trabajo de muchos y que contribuyen con materiales, herramientas, ideas o simplemente críticas.
Gracias a las licencias de Code by R. Mutt, el artista borra las barreras con el observador. Con la misma autoría que el artista tuvo sobre la realización de la obra, se da al visitante u observador la posibilidad de crear su propio nuevo original. Los visitantes por tanto no solo ven una obra, sino que además pueden formar parte del proceso de creación como coautores. El concepto de la obra modifica las reglas de la intervención, evocando así una serie de cuestiones relacionadas con la autoría, la reivindicación y la intertextualidad, la propiedad intelectual y el dominio público, la licencia poética y la producción artística colectiva.
Se podría hablar de una poética de código abierto o de una poética cimentada en el bien común, basada en un modelo descentralizado y no propietario de códigos culturales compartidos y de redes de difusión y autoría colaborativa. Se utiliza pues una apropiación en sentido literario, como gesto comunitario que registra un dominio común de conceptos compartidos. Liberando así al código de su posición fija y estática, y permitiéndole cambiar en un medio de redes autorales, intertextuales y comunitarias. El libro presentado es una recontextualización dentro del entorno de las poéticas del Open Source. Se intensifica por tanto la posibilidad de cambio de las circunstancias que lo rodean o condicionan, propiciando el desarrollo de otras visiones o ideas, independientemente de las acciones del autor original. Un código completamente abierto permite modificaciones estructurales y conceptuales de la obra, el término redefinido del original no solo no se dirige hacia la singularidad, sino que también invoca y provoca multiplicaciones y en su propio uso.
El readymade está fundamentado en los principios de la escritura no-creativa. Si bien la escritura creativa demanda originalidad, inspiración y expresión de la subjetividad, la escritura no-creativa se basa en la copia, el método y la eliminación del autor. Una forma válida de crear literatura consiste en intentar suprimir la expresividad y utilizar las técnicas de la reproducción y el plagio, aprovechando la hiperabundancia de lenguaje que genera el mundo contemporáneo. La paradoja que justifica este accionar es que la supresión de la expresividad es imposible. Se demuestra por tanto, que la recontextualización de los escritos es una forma poderosa de generar nuevos significados e interpretaciones. (2)
La obra entraría dentro de la clasificación de Software Art ya que resulta de una práctica creativa formal y autónoma que puede referirse de forma crítica al significado tecnológico, cultural o social del software. Gracias a su propio medio, se permite una reflexión crítica sobre el software y su impacto cultural. A diferencia del código habitual, este código no tiene como fin generar obras autónomas, ya que en sí mismo este código es la obra de arte. También cabe destacar la fuerza performativa del mismo código, el cual no se encuentra encerrado únicamente en su parte puramente técnica. Al plasmar el código en un libro físico, éste sucede fuera de un entorno técnico cerrado, es decir acontece dentro del campo de lo estético, lo político y lo social. El código como un acto de rebeldía y de habla efectivo, no es una descripción o una representación de algo, sino que afecta directa y literalmente al mismo convirtiéndose en acción. Esta performatividad codificada tiene consecuencias inmediatas en los espacios reales y virtuales en los que nos movemos y vivimos actualmente. Eso significa, en última instancia, que dicha performatividad moviliza o inmoviliza a sus usuarios.(3)
“El código puede ser diario, poético, oscuro, irónico o molesto, inerte o imposible, puede simular y disfrazarse, tiene retórica y estilo, puede ser una actitud”. Florian Cramer y Ulrike Gabriel.
Referencias
(1) Dave Coffin, (1997). Aplicación dcraw. https://es.wikipedia.org/wiki/Dcraw
(2) Goldsmith, K. (2015). Escritura no-creativa. Gestionando el lenguaje en la era digital. Buenos Aires: Caja Negra
(3) Inke Arns. El código como acto de habla performativo (2005). https://artnodes.uoc.edu/articles/10.7238/
Motivación
CODE es una pieza derivada dcraw.c, el conversor de fotos RAW de Dave Coffin’s.
Siempre me fascinó este programa, responsable de la conversión de todas las fotos RAW en el mundo open source. Como desarrollador de software su simplicidad me parecía muy atractiva. Un solo fichero lo tenía todo. Es la belleza expresada en código. Para mí ya era arte pero quise convertirlo en un objeto.
CODE fue parte del festival function(“innocence”, 2019). La pieza es código abierto.
La motivación fue también cuestionar la actitud de la mayoria de artistas que trabjan en arte digital, que utilizan código abierto pero que no abren sus obras a la comunidad.
Puedes verlo en issue.