Declaración del artista

Mi práctica se desarrolla en la intersección entre el arte, la presencia y el código, explorando la relación entre lo humano, la tecnología y la espiritualidad. Defino el arte como «pensamiento plástico»: un vaivén entre las ideas y la estética que no se limita a representar la realidad, sino que vibra para expandir la conciencia. Mi investigación actual busca recuperar las corrientes «mágicas» inherentes al ser humano. Guiado por el arquetipo de la Sibila, una figura que tiende un puente entre el mundo invisible y el visible, integro tres décadas de experiencia en ingeniería de software con una profunda indagación en la sabiduría ancestral.

Mi proceso creativo es dialéctico, oscilando entre lo algorítmico y lo intuitivo. Por un lado, utilizo «saltos binarios» (interacciones con IA y código) para interrogar el paisaje digital. Obras como God is in the bugs y # Selfie v2 adoptan la estética del glitch y los datos médicos para criticar la identidad performativa en línea, revelando que el error es a menudo la chispa de la evolución. Por el contrario, mi trabajo basado en la lente se basa en técnicas de «deriva» y escucha meditativa que denomino « hablar con los árboles». En series como The Whisper of the Nymphs, trato la cámara como una herramienta para capturar la esencia energética de un espacio, creando «cápsulas del tiempo» que encierran un estado específico de presencia en la imagen.

En última instancia, mi trabajo tiene como objetivo unificar estos mundos aparentemente distintos: la precisión analítica de la máquina y el potencial curativo del espíritu. Creo entornos transmedia, libros y plataformas interactivas que funcionan como « grietas en las paredes de la caverna», invitando al espectador a mirar más allá de la superficie. Ya sea a través de la lógica de un guion o del silencio de una fotografía, mi objetivo es crear una vibración que resuene con la propia interioridad del espectador, ayudándonos a recorrer el camino de vuelta a nosotros mismos.